El mundo está cambiando. El consumidor se ha dado cuenta que la rentabilidad a cualquier precio no es el camino. Importa adquirir un alimento sano, rico en proteínas, a buen precio y de buen sabor. Pero también importa el bienestar del ave que lo produce. Al decidir nuestra compra, decidimos también por SÍ o por NO a un trato ético y digno para el animal que lo produce.